
Hace mucho tiempo, cuando recién ingresaba a la Facultad me acerqué a la Biblioteca para consultar un par de libros que figuraban en el programa de Introducción a la historia. Nunca tuve la oportunidad de consultarlos, por lo que durante al cena le pedí a mi papá, ya que el trabajaba por el centro si me los podía comprar.
Mi papá me dijo porque no concurría a la Biblioteca, ante lo cual yo le comenté que la bibliotecaria me había tratado muy mal y que simplemente me dijo que no tenía tiempo de atenderme y menos de ir a buscar los libros que necesitaba. Desde ese entonces, tengo en mi biblioteca personal el libro "Del epos a la historia científica" de Pérez Amuchéstegui. Cada vez que lo veo recuerdo la escena.
Entiendo que la Biblioteca se estaba terminando de mudar, pero aún así, considero, que esa no era una manera de tratar de tratar a un alumno que recién iniciaba su vida universitaria.
Esa imagen tan traumática, aunque no lo creas, me ha perseguido siempre que entro a una biblioteca, por ese motivo, ahora que ejerzo la profesión de bibliotecaria, no quiero que se repita en el lugar en que estoy trabajando.
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